jueves, 20 de diciembre de 2007

Ambiguo

Esa tarde estuve entre tus piernas.
Cierro los ojos y te veo patente.
Blanca tu piel, arrodillada en la cama.
Tus labios.
Te extraño.
Presión alta.
Sonido de tu boca.
Dijiste: “ya estaba amañada.”
Hasta que la cague. Di todo mal.
Loma arriba mi espalda seguro miro irte mientras yo con la vista al frente miraba sin parpadear. Los carros pasaban, eran fríos, macizos.
Y un payazo dijo: sé.
Una piedra en el zapato y yo con mi pena. Voy demasiado rápido mi amigo.
Pero tú no viste el sol, no gritaste: ¡qué mierda podía hacer!
Ese día perdí mi sonrisa.
Creí que recuperarla era fácil, pero ni mierda, ya todo paso.
No sirve nada.
Pistola de flores.
Grito.
Los
Caso
¿Nena, qué podía decir?

No hay comentarios: