Marchamos en esos tiempos que resultaron mejores a los que ya estamos acostumbrados, teníamos sexo y mantequilla de maní, teníamos esperanza, comíamos chocolate. Chica, soy antifulano, tengo un nombre, y no creo en el amor. Tu caminabas por detrás, y estábamos jodidos, pero de alguna manera, tan idiotas que éramos, nos gustaba el mundo como estaba. Hipócritas en la noche y el día. Teníamos algo para rebelarnos, ahora estamos solos y aburridos, y no hay porque luchar, todo sigue igual a como ya lo conocimos. Mira mis manos, no las ves, no estás aquí.
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