domingo, 29 de mayo de 2011

Goma

A distancias considerables estamos aquí en la cima de la montaña, no paras de saltar con esa luz verde encima de tu cabeza. Me rasco el cráneo. Una luz violeta empaña mis ojos. Mis hombros se mueven al ritmo de tu ambrosia tirada en el piso. Nos miramos por unos segundos, velocidad. Tenemos sexo oral, y vamos haciendo todas las posiciones, finaliza en cuatro tus piernas y tus brazos, tu piel se agita. Saltas. Nos lanzamos al vacio. Volamos. Un sueño de sueños en el que el sueño se vuelve un sueño añorado. Sonríes. Lloro.

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