miércoles, 19 de octubre de 2011

Historia

Lo primero para el chaparrón son las drogas, luego el resto del cuerpo. Eso me enseñó esa amiga lejana que ya no es sino un vago recuerdo cargado de imágenes sexuales. El viento la golpeaba por la mañana, de noche la abrazaba, sus pezones estaban tiesos. Oíamos a los pájaros, sus nalgas bailaban. Matábamos zombies, ella sonreía. Bebíamos café, tan caliente lo bebíamos que no caímos en la cuenta de que ya era de noche y de repente era de día, y los dos siempre permanecimos desnudos. El último día que nos vimos fue una mutua mamada, sólo que ella no supo.

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