martes, 4 de enero de 2011

Impertinencia

Y voy a ocultar mi sonrisa hermosa, mis gestos chimbas, mi inteligencia, voy a ser un X. Me teñiré el pelo. Seguiré el humo en la habitación. Me voy a unir a la moda. Levantaré los brazos y seré como los demás, a los que les falta demasiado ganas para algo y a los que las ganas les faltan. Seré alguien del común, como todos. Oigo esta canción y me dan ganas de tirarme para atrás, caer de espaldas, en golpe seco, moribundo, con ruido mucho en serio. Y se me desgarran las ropas con el mucho temple. Veo el humo tan hermoso, y quisiera escribir música. Igual voy en picado, nadie me entiendo, yo sólo me entiendo. Me desinflo como desinflame de parqueadero. Y se me cae la Internet. Solo puedo escribir acorde a la música. Dios, con guitarra en mano nunca me ha podido ser tan soberanamente estúpido que un plástico hala de mis orejas. Me desprendo de él, y lo tengo en mis manos. Ruido de televisor: Hola, si tú no me hubieras dejado te hubiera prometido mar, tierra y cielo en todo este tiempo…

Bah, que cosa ser una cosa que en el tiempo será un olvido del todo con todo el corazón, una cosa ahí que sufre de presión alta. Añoro esos ojos azules y esas piernas cosquillosas. Y sobre todo esa sonrisa que era tan impertinente en momentos impertinentes.

El olor, era lo mejor de todo.

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